11.12.06

Autopista hacia el infierno


Augusto Pinochet ha muerto. La verdad, no me alegro. Me habría alegrado de verdad si la justicia internacional le hubiera hecho pagar, aunque fuera de forma simbólica, por todas sus atrocidades.
Chile se encuentra ahora dividida, no a partes iguales, entre la inmensa mayoría que desea borrar para siempre de sus almas el recuerdo del Dictador, y los pocos que le añoran porque bajo su protección pudieron robar y corromper su país hasta límites insospechados.
En la tierra hay hoy una mala persona menos. Si existe el infierno, allá nos veremos, Augusto.

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